Su mayor diferencia con hoteles que tienen presencia en diferentes países y que ofrecen servicios similares, como los W, es que cada uno representa una experiencia única para el visitante y no un servicio estándar que se replica en cada “sucursal”.
Su mayor diferencia con hoteles que tienen presencia en diferentes países y que ofrecen servicios similares, como los W, es que cada uno representa una experiencia única para el visitante y no un servicio estándar que se replica en cada “sucursal”.
Todo se remonta a inicios de los años 90, cuando el alemán Claus Sendlinger, un apasionado del diseño en todas sus versiones, se dedicaba a las relaciones públicas y a promover fiestas; tras emprender varios viajes por su empleo y en su tiempo libre, pudo ver que esa pasión encajaba perfecto en la industria del turismo, por lo que empezó a buscar hoteles que tuvieran el potencial de ofrecer esa mezcla.
Durante los primeros años, la cartera de 10 hoteles de Design Hotels se trató más bien de un hobby para el alemán; sin embargo, a inicios del siglo XXI, el impacto que lograron los primeros hoteles que obtuvieron este reconocimiento provocó interés de otros alrededor del mundo. Hoy, este selecto club cuenta en su cartera con 18,992 habitaciones en todo el mundo.
Sendlinger cree que los viajeros actuales buscan un hotel que se maneje con pasión y que tenga una historia que contar, que privilegie la individualidad del huésped
y que su diseño sea diferente a otros; además de que sea algo nuevo, que sea capaz de emocionarlo y, por ende, lo anime a promoverlo. Esto es justamente lo que se busca en un Design Hotel.
Los hoteles interesados en recibir el distintivo deben presentar su candidatura y comprobar que cuentan con características como un número reducido de habitaciones (entre 20 y 150, aproximadamente), lobbies y recepciones reducidas para que la experiencia de los huéspedes sea más íntima, y una atención personalizada que cuida en todo momento de los más pequeños detalles, como la decoración o el menú del restaurante.
Así, deben demostrar que tienen un sentido de la estética y deben estar a la vanguardia en cuanto a tecnología, por lo que se suele acreditar únicamente a hoteles innovadores que lograr un diseño audaz y personalizado que no es imitación de otro.
En cada detalle de las áreas comunes y los cuartos pueden encontrarse objetos de diseño, ya sea una pintura, una escultura, un detalle en el techo o la alfombra, o los muebles.
Sin embargo, Sendlinger suele señalar que no basta con que el hotel tenga sillas o mesas de diseño, sino que lo importante es que cada proyecto tenga alma propia.
-Carlos Tomasini